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La creación de contenido musical en la era digital podrá parecer un escenario utópico para todas las partes involucradas. Desde compositores, intérpretes, sellos discográficos, hasta agregadoras, deberían verse considerablemente remunerados. Desafortunadamente, el esquema de distribución de regalías suele favorecer a unos, mientras que otros resultan afectados.
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Desde el año 2004 cuando iTunes alcanzó por primera vez en la historia ventas que superaban semanalmente el millón de pistas, la industria no ha parado de crecer. Hoy, gracias a la era digital; con las plataformas de música en streaming, se ha potencializado la distribución de contenido garantizando poder hacer uso de éste en cualquier lugar, a cualquier hora. Tal es el caso de Spotify, Apple Music, Google Play, entre otras.
Considerando que éstas son el medio de distribución más grande de contenido musical, todo debería ser benéfico, ya que incluso, le ha permitido a muchos artistas darse a conocer y adquirir popularidad en diversas partes del mundo. Sin embargo, el problema sale a relucir al momento de hacer números y repartir a todas las partes involucradas su respectivo porcentaje por la distribución y reproducción musical.
Dado a que se trata con plataformas digitales, se entiende que la distribución de contenido es meramente por streaming. Por esto, puede considerarse que los porcentajes de regalías deban apegarse a una licencia a terceros, la cual le otorga al artista el cincuenta por ciento de las utilidades netas. Sin embargo, algunos sellos discográficos consideran que para la distribución digital también aplica el mismo formato de ventas físicas, por lo tanto únicamente otorgan del diez al quince por ciento de las regalías para un álbum y tres cuartas partes de dicho porcentaje para los sencillos.
Poniendo todo un poco más en contexto y aterrizado para un mercado independiente, el promedio de ganancias de un artista es de aproximadamente 0.00437 dólares por reproducción (en Spotify). Si se toma en cuenta que un disco promedio cuenta con diez canciones, quiere decir que éste debería ser reproducido aproximadamente doscientas ciencuenta veces para poder igualar el precio de lo que cuesta un disco en físico, es decir 11 dólares.
Claramente, las plataformas de música en streaming se han posicionado como un medio que únicamente ayuda al alcance y popularidad del artista, teniendo que orillarlos a buscar ingresos por otros medios, como los conciertos y el merchandising.
Existen factores como la región, el tipo de cambio y el tipo de cuenta de los usuarios (gratuita y de paga) los cuales determinan el porcentaje de regalías a obtener, ya que no se trata de una cifra fija. Debemos entender que a pesar de existir diversas alternativas para monetizar no es justo lo que reciben los artistas de sus reproducciones, pues la música tiene un gran impacto en la sociedad ya que se ha vuelto el día a día de muchos de nosotros.
Si te interesa conocer la tarifa por reproducción de cada plataforma digital, da click aquí.