Hace unos años, el hecho de utilizar un DAW u otro era algo que decía mucho de ti como ingeniero. Por ejemplo: si utilizabas Pro Tools, entonces seguro eras un ingeniero de grabación, mezcla o master con vasta experiencia; por otro lado, si utilizabas Logic Pro, entonces seguramente tenías un home studio y trabajabas tus propias producciones y tal vez algunas de tus amigos; si utilizabas Ableton Live entonces eras un geek de la producción musical y hacías tus propias canciones (un poco raritas); y finalmente, si utilizabas alguno otro, pues seguramente apenas estabas empezando.
Por supuesto que esto era una completa tontería, ya que el DAW o en su defecto, las herramientas que utilices como ingeniero de audio, no tienen absolutamente nada que ver con la capacidad que tengas para llevar una canción de un punto, a otro, y en el camino poder hacer que suene mucho mejor.
Es por eso que desde que llegué a Ableton Live (cuando lo utilicé por primera vez estaba en la versión 8) me enamoré por completo del flujo de trabajo que tengo con su interfaz y la forma en la que se acomoda a mis necesidades.
En Blue Wave Records mi principal rol es el de ingeniero de masterización, sin embargo, siempre me ha encantado producir mi propia música, en especial música electrónica.
Cuando descubrí Live, he de admitirlo, odié su interfaz de usuario, pero sin duda aprendes a agarrarle el gusto. Pero dejando eso de lado, lo que más me atrapó fueron todas las herramientas que vienen con el propio DAW para manipular tanto archivos de audio, como archivos MIDI.
Para mi flujo de trabajo, Live me cayó como anillo al dedo ya que efectivamente, necesitaba un DAW que pudiera trabajar con esos dos tipos de archivo de manera perfecta, que no ocupara tanto espacio una sola sesión en mi computadora y que, además, tuviera herramientas que me pudieran permitir experimentar.
Desde mi punto de vista, de todos los DAW que he probado, es el que cuenta con los mejores plug-ins de fábrica, pues todos son de muy alta calidad y la verdad es que no necesitas comprar muchos más para poder tener resultados verdaderamente buenos (aunque de todos modos vas a querer tener muchos más, como yo, porque nunca es suficiente😂).
Más adelante comencé a entender mucho más a fondo el programa y no deja de sorprenderme que al día de hoy sigo encontrando nuevas herramientas que puedo utilizar o que simplemente desconocía.
Ahora, con todos estos halagos al programa no quiero decir que es el mejor y que es el que tú deberías utilizar, para nada. Lo que me gustaría que te llevaras de este artículo es lo siguiente: el DAW que tú decidas utilizar, es una decisión muy personal, casi casi privada y sin duda tienes que asegurarte que haga y tenga todas las funciones que necesitas.
Cuando escojas uno, eso no significa que ya te casaste con ése y ahora ya no puedas utilizar otro, yo utilizo Live para mezcla y producir mi propia música, pero me encanta utilizar Pro Tools para mis proyectos de masterización.
Lo importante es que escojas uno, el que se acomode a tus necesidades y que ese DAW que escogiste, aprendas a utilizarlo de pies a cabeza, de arriba a abajo y de izquierda a derecha, para que únicamente te tengas que concentrar en tu creatividad y no tengas que preocuparte por encontrar ese menú o esa función que necesitabas.
Espero que este articulo te haya ayudado, aunque sea un poquito y que escojas o hayas escogido ese DAW que te hace mejor y más creativo.
Y a ti, ¿cuál es el DAW que te hace feliz? ¡Escríbelo en los comentarios y platiquemos de ello!